¿Qué pasó con Macross y Robotech?

https://cdn.animenewsnetwork.com/hotlink/thumbnails/fit600x600/cms/interest/122891/macross.jpg https://cd.cinescape.com.pe/cinescape-603x336-160973.jpg

ACTUALIZACIÓN AL 11 DE ABRIL DE 2021: We have won! (por ahora)

Sin duda ustedes recuerdan la reseña de Robotech: La película, la cual pueden leer si desean saber más acerca de lo que es Robotech y cómo se creó. En aquel momento mencioné que un embrollo legal permitía ilimitadamente a Harmony Gold, productora norteamericana de Robotech, impedir la exportación legal de productos japoneses de Macross (franquicia de la cual salió la “Saga de Macross” de Robotech). Pues bien; ahora que, hace poco, Harmony Gold y Tatsunoko Productions (creadores de la animación de la serie original de Macross, pero no dueños de la misma ni del resto de la franquicia) renovaron su antiguo contrato de licencia durante otros 35 años más, cuando anteriormente se tenía previsto que expirase definitivamente en 2021, lo más seguro es que los “otakus” latinoamericanos se encuentren echando fuego por la boca sin saber con lujo de detalles cómo fue que comenzó la situación y cómo fue que llegamos hasta donde estamos (muchos simplemente suponen “japoneses buenos, yanquis malos” y no pasan de ahí, como si todavía fuera 1999 o Dragonball Evolution siguiera estando en cines). Así que, nuevamente, es mi deber dejar las cosas claras, porque en mi región del mundo nadie más parece tener el conocimiento ni la voluntad para hacerlo.

Cuando HG compró Macross, Southern Cross y Mospeada en los 1980s para hacer Robotech con ellas, se las compró a Tatsunoko, con quien firmaron un acuerdo de licencia que les daba derechos totales sobre las tres series. El problema es que Tatsunoko no tenía derechos totales sobre Macross, solamente sobre Southern Cross y Mospeada; de Macross solamente tenían derechos sobre la distribución internacional de su animación misma, y solamente como compensación por parte de la agencia publicitaria japonesa Big West (los verdaderos dueños de toda Macross) y del Studio Nue (los verdaderos creadores de Macross) por haberlos ayudado con la producción a principios de aquella década. Tatsunoko y HG, o bien no lo sabían y el acuerdo parecía perfectamente legal en aquel momento, o bien sí lo sabían, pero no les importaba con tal de lucrar.

El caso es que, durante casi una década, no se supo que Tatsunoko había vendido unos derechos sobre Macross que no tenían realmente. Big West quizá supiera de la existencia de Robotech, pero no les molestaba. Eso fue hasta que HG comenzó a demandar gente a diestra y siniestra por tratar de exportar prodctos de Macross a Japón a mediados y finales de los 1990s, o por cualquier otra aparente violación a sus derechos.
El más sonado de estos casos fue cuando demandaron a la antigua FASA Corporation por culpa de unos juguetes de Playmates Toys. Pero ahora tenemos que devolvernos a los 80 de nuevo. Fue en 1984 cuando FASA puso a la venta el juego de mesa de estrategia con miniaturas llamado “BattleTech”, en el cual los jugadores se convertían en pilotos de robots gigantes de combate. Resultó que varios de los robots del juego estaban copiados de diversas series japonesas, incluida Macross. Bandai (que hacía los juguetes de dichas series en Japón) y FASA terminaron llegando a un acuerdo amistoso, y FASA pudo seguir comercializando su juego con dichos robots. De hecho, varios de ellos aparecen en los primeros videojuegos de BattleTech para MS-DOS; la carátula del primer “MechWarrior” muestra un Destroid Tomahawk de Macross (Excaliber Mk. VI en Robotech).
Ahora volvemos a avanzar hasta mediados de los 90. La compañía Playmates Toys, que ha hecho los juguetes oficiales de las Tortugas Ninja de forma ininterrumpida desde 1988, trataba de sacar adelante una serie de televisión y sus respectivos juguetes llamada “EXO Squad”, que también se trataba de humanos y alienígenas que peleaban utilizando máquinas gigantes. Supuestamente, al más puro estilo de Gundam, esta serie tocaba temas tan delicados como el racismo, la esclavitud, el fascismo y las horrorosas consecuencias de la guerra con un tacto que no se había visto en la animación norteamericana para niños, lo cual hizo más dolorosa su cancelación luego de dos temporadas. Yo lo creeré cuando lo vea, como Santo Tomás -los nostalgieros de los 90 ya me engañaron una vez con “Sonic el Héroe”-, pero eso será en otra ocasión. FASA demandó a Playmates porque uno de los “E-Frames” (mechas) de EXO Squad, llamado el “Heavy Attack E-Frame”, estaba claramente copiado de un mecha de BattleTech, el “Mad Cat”. HG, que estaba estableciendo una alianza con Playmates para reeditar los juguetes de Robotech de los 80 que había hecho Matchbox, demandó a FASA por haber pasado una década utilizando mechas de Macross que “les pertenecían a ellos” -demanda con la que ya venían amenazando desde los 80-. La demanda se resolvió amistosamente, y FASA acordó no volver a utilizar mechas ajenos nunca más; hoy en día, los antiguos diseños japoneses son conocidos en la mitología de BattleTech como “los No-vistos”. Apenas fue en 2015 cuando los nuevos dueños de BattleTech pudieron volver a utilizar a los No-vistos regularmente. Creo que Playmates ni siquiera llegó a comercializar el Heavy Attack E-Frame.
(NOTA: los juguetes de Robotech de Matchbox son otro tema aparte, pero no lo toco porque no es relevante a la situación de todo lo que son los derechos de Macross y Robotech)

https://i0.wp.com/www.battlegrip.com/wp-content/uploads/2017/10/madcat.jpghttps://i0.wp.com/cfw.sarna.net/news/wp-content/uploads/2017/03/madcat-wat.jpg

¿Separados al ensamblarse?

Tarde o temprano, Big West se enteró de los estragos que hacía HG (también impidieron la exportación de las figuras de Macross Plus, y el lanzamiento de los videojuegos “Macross VF-X 2” y “Super Robot Wars Alpha”), y demandó a Tatsunoko en Japón. El resultado fue una serie de demandas y contra-demandas entre Studio Nue, Big West, Tatsunoko, y HG, las cuales se resolvieron definitivamente a mediados de los 2000s.
Las cortes de los países involucrados decidieron lo siguiente: Big West y Studio Nue son dueños de todos los derechos de Macross, y Tatsunoko lo es de los derechos de distribución internacional de la serie original; por ende, Harmony Gold, a través de su viejo contrato con Tatsunoko, también lo es, de modo que mientras ese contrato siga vigente, HG sigue teniendo esos derechos. HG, además, es dueña de la marca registrada de la palabra “Macross” y del logotipo de la UN Spacy a nivel internacional.

¿Qué significa todo esto?

Significa que, como licenciatarios de Macross, todo intento de exportación de Macross tiene que pasar primero por Harmony Gold, y si ellos dicen que no, legalmente es que no; y “no” es justamente lo que han dicho numerosas veces, negándose en el proceso unas entradas de dinero increíbles solamente por poder seguir comerciando específicamente con Robotech, sin tener “competencia” de Macross. Pero, al mismo tiempo, significa que Big West SÍ PODRÍA tratar de negociar dicha exportación con HG, y ésta no se negaría (siempre y cuando su parte de las ganancias equivalga a los dos ojos de la cara, claro está); pero no lo hacen porque, a sus ojos, Robotech es una abominación horrenda contra Macross, “censurada”, mutilada y hecha pedazos de la forma más salvaje (en algún lugar de España, Leandro Oberto se siente válido), y, por cuestión de honor, se niegan a tratar con los “yanquis” que la hicieron. Casi parecen -y esta vez sí hay que ponerlo sin comillas- otakus latinoamericanos. ¡Miyazaki tenía razón!
Pero también significa que Tatsunoko -y, por extensión, HG-, al no poseer derechos de propiedad intelectual sobre Macross, no puede crear nuevas secuelas ni derivados de la serie original legalmente, no en forma de animación; solo Big West puede hacerlo. De modo que HG, si quiere hacer nuevas animaciones de Robotech, tiene que partir de las otras dos sagas (Southern Cross y Mospeada), porque sí son propiedad intelectual total de Tatsunoko. De modo que no han hecho nueva animación específicamente de Robotech porque no pueden basarla en Macross, que es la única saga de la cual podrían sacar todo el dinero que quisieran (los aficionados a Robotech, aunque no sean puristas de Macross, no suelen interesarse por las otras dos sagas). Así lo aprendieron cuando “Las crónicas de la sombra”, secuela de Mospeada, no tuvo ni remotamente el éxito esperado, mucho menos cuando el cameo de Rick Hunter tuvo que ser dibujado con el pelo blanco para que no se pareciera a Hikaru Ichijo. La secuela de ésta, “Shadow Rising”, está cancelada desde entonces -por más que ellos digan lo contrario-.
Lo que HG y Tatsunoko SÍ pueden hacer con Macross es merchandising; libros, cómics, bandas sonoras, juegos de mesa y de video, figuras de acción, afiches, ropa… siempre y cuando esté basado exclusivamente en la serie original. Por eso se siguen sacando todavía figuras de la saga de Macross (de menor calidad que las de Bandai), y por eso estamos viendo cosas como los cómics nuevos de la editorial Titan o los juegos de mesa de Strange Machine Games (¡con ilustraciones del tremendo Francisco Etchart! ¡Vayan a ver su trabajo ahora mismo!). De hecho, este post ha de servir como contexto para la futura reseña del juego “Robotech: Battlecry”, de 2002, que salió para todas las consolas domésticas de la época y que yo reseñaré para Xbox.

O sea, que la culpa no es de HG nada más por negarse a trabajar con los que a la larga pudieran ser sus aliados más valiosos; también es de Big West, por aplicar el concepto del honor japonés a un tema tan trivial como el animé y lo que hagan los “gringos” con él, y también es de Tatsunoko, que pudiendo dejar que el contrato original expirase, o incluse anularlo directamente, y así acabar con el desmadre de una vez por todas, prefirió extenderlo hasta otras tres décadas y media justo cuando parecía que estaba a punto de llegar a su fin. ¿Conocen aquella frase -atribuida a Atila el huno- que dice “no es suficiente que yo triunfe; todos los demás deben fracasar”? Pues el desastre con las licencias de Macross y Robotech es el resultado de que todos los involucrados se hagan fracasar entre sí al mismo tiempo.

https://cdn.20m.es/img2/recortes/2019/06/04/968678-600-338.png?v=20190604233002

Como a los “otakus” les gusta compararse favorablemente con los aficionados al fútbol, pues es algo más o menos así.

No soy purista de Macross, ni de Robotech. Opino que ambas cosas pueden y deben existir al mismo tiempo, como Super Sentai y Power Rangers. Los “otakus” no están de acuerdo, desde luego; apenas una más de las muchas, muchas razones por las cuales ellos nunca me han caído bien. Más que la desaparición de Robotech a favor de Macross, mi deseo es que todas las marcas -Macross, Southern Cross, Mospeada, Robotech, e incluso Megazone 23 si quisieran hacer algo con “Robotech: La película” de 1986- las tuviera una sola distribuidora fuera de Japón, una menos dada a demandar a todo el que la mire a los ojos. Y yo pensaba que, cuando el contrato entre Tatsunoko y HG expiraba, ese sería el primer paso hacia alcanzar ese ideal, aunque mis esperanzas no eran demasiado grandes y más bien trataba de adoptar la mentalidad de que, contra mis deseos, Big West y los “otakus” iban a ganar. Pero no va a poder ser…

Realmente, aunque HG desapareciera, hay otro problema muy grande que dificultaría la exportación de Macross; la música. Una de las señales identificativas de Macross a lo largo de casi treinta y siete años es que los Zentraedi y otros alienígenas enemigos son vulnerables a la música, expresión cultural humana que a ellos, que solamente conocen la guerra, los desconcierta y deja incapaces de seguir luchando. Este es el pretexto para vender bandas sonoras de pop japonés y organizar conciertos de idols que mueven harta gente y venden entradas como caramelos. ¿Y por qué no? ¡Lin Minmei es patrimonio de la raza humana! Pero también significa que el que quiera licenciar Macross para exportarlo también tiene que licenciar la música, y las licencias de compañías discográficas japonesas, aparentemente, son extremadamente difíciles y casi físicamente dolorosas de conseguir. Eso es algo que tendré que comprobar en otra ocasión y con otras personas, pero de ser cierto, sigue demostrando que HG por sí sola no es el único obstáculo a superar.

Pero dentro de 35 años, ¿quién sabe lo que va a pasar? Como cantaba Rebecca “Reba West” Forstadt… we will win.

https://rei.animecharactersdatabase.com/uploads/chars/12602-1702917282.png

El cover de Michael Bradley también estaba bueno, no me malinterpreten.